Etapas del embarazo: segundo trimestre

Puedes compararlo con una mandarina, su tamaño tiene un aproximado de 9 cm con 25 gramos de peso. Si pudieras verlo de cerca notarías que su cuerpecito lo empieza a cubrir vello muy finito que se llama lanugo y lo protegerá del frío.

¡Has llegado al segundo trimestre! Como te lo habíamos expresado antes, este momento marca el final de un periodo vital en el desarrollo de tu bebé. Todas las estructuras básicas de su cuerpo, tanto por dentro como por fuera, ya están formadas, aunque en miniatura. Bebe líquido amniótico y hace pis dentro del vientre, agita sus brazos y piernas y parece sentirse feliz en tu vientre. En este punto, el cuerpo está creciendo ahora con más rapidez que la cabecita y ya se puede ver el cuello.

Tu hijo ya tiene el tamaño de una manzana, con aproximadamente 10 centímetros y un peso de 50 gramos. Es un juguetón, ¡prepárate, mamá! Pronto sentirás sus pataditas y todos los movimientos en tu barriguita, se acerca una de las etapas del embarazo más emocionantes.

Tu bebé flota, patalea y respira líquido amniótico, cosa que le ayudará a desarrollar y aprender a usar sus pulmones para cuando nazca. Si pudieras verlo más de cerca, te darías cuenta de que, además tiene un registro de gestos, pues ya abre y cierra su boquita, puede bostezar y hasta hace movimientos de succión preparándose para cuando tenga que alimentarse.

¿Conoces el aguacate hass? Pues así se ve el bebé, su medida está entre los 11 y los 12 centímetros, mientras su peso es de 80 gramos y su sistema muscular está evolucionando rápidamente para en el futuro poder llenarte de abrazos.

Podemos decir que, hasta este punto, lo más importante era la correcta formación de los órganos del bebé, pues a partir de este momento la misión es clara: crecimiento. Asimismo, tu hijo es muchísimo más activo, mueve sus extremidades todo el tiempo y se pasea de un lado a otro dentro del vientre por lo que es posible que sientas ligeros movimientos, pero en algunas semanas será muchísimo más fuerte.

Tu bebé tiene la apariencia de un rábano, mide entre 11 y 13 centímetros con un peso de 100 gramos aproximadamente. Su mirada aún no se abre, pero sus ojitos ya son sensibles a la luz.

Dentro de su boquita, las papilas gustativas ya se han madurado, aunque él aún no pueda percibir ningún sabor debido a que las conexiones nerviosas apenas empiezan a madurar. El sentido del oído comienza a desarrollarse en el bebé y aunque aún no es capaz de entender los adultos, empieza a percibir algunos ruidos y detecta ciertas ondas sonoras que provocan los latidos del corazón de mamá, su circulación, el estómago y, por supuesto, las voces a su alrededor.

Tu bebé mide entre 12,5 y 14 centímetros con un peso alrededor de 150 gramos y puede ser comparado con un pimentón. Su pecho simula los movimientos de la respiración y su piel es tan delgadita que es posible percibir sus venitas.

En esta semana pueden distinguirse mucho mejor los genitales de las niñas, quienes para este momento ya cuentan con óvulos, vagina, útero y trompas de Falopio. En ambos sexos se empiezan a desarrollar los pezones sobre las glándulas mamarias. El catálogo de gestos de tu bebé aumenta a diario, su carita hace muchas muecas todo el tiempo. Por otro lado, su sistema digestivo ya funciona bien, pues como veíamos en semanas anteriores, tu bebé traga líquido amniótico y su estómago es capaz de digerirlo como práctica para que después del nacimiento sea capaz de asimilar la leche de mamá.

Ahora puedes compararlo con un tomate chonto, mide entre 13 y 15 cm y pesa unos 200 gramos y cada día son más fuertes los rasgos del bebé que conocerás el día de su nacimiento.

La piel de tu bebé se empieza a engrosar en esta semana, por lo que acumula grasa sobre la dermis y, a medida que aumente, dará el aspecto de que tiene algunos gorditos al nacer, esto para mantener el calor corporal y regular su metabolismo. Su pequeño corazón late con fuerza y muy rápido, así que ya es posible escucharlo con estetoscopio fetal. El cerebro y los sentidos de tu bebé se agudizan más, sobre todo, en las áreas perceptivas como el gusto, el olfato, la audición, la visión y el tacto..

Se estima que tenga un aproximado de 16 centímetros y 260 gramos con la forma de un mango. Algo que debes tener muy presente es que, para este momento la medida se toma desde su cabeza hasta la colita porque las piernas están muy pegaditas y es difícil medirlo hasta los pies, pero en cualquier caso auméntale cerca de 10 centímetros a estas medidas.

Ha llegado el momento de hacer la ecografía morfológica, un estudio detallado del feto para detectar posibles malformaciones en su cuerpo o en sus órganos internos. Es el primer acercamiento al bebé que en unos meses vas a conocer y allí puedes contemplar sus principales estructuras y órganos. Además, podrás descubrir el sexo de tu hijo, ¿ansiosa? ❤️ En esta etapa tu bebé, aparte de ser muy juguetón, es totalmente flexible y podrás verlo en las ecografías con sus piecitos y manos en la boquita. Finalmente, también se hace una estimación de las medidas fetales para calcular el tiempo de embarazo y descartar retrasos de crecimiento.

Disfruta al máximo tu embarazo. Conoce de la mano de expertos algunos cuidados generales que deberías tener en esta etapa.

Su tamaño es como el de una alcachofa, con 18 centímetros y 300 gramos. Este bebé se encuentra en una fase muy avanzada, aunque todavía no está preparado para vivir fuera del útero materno de forma independiente.

Tu bebé es todo un atleta: hace piruetas, estira los bracitos, sacude sus piernitas y todos esos movimientos no solo ayudan en su formación muscular, también hacen parte del desarrollo de habilidades mentales importantes para el futuro; esto sucede especialmente cuando tú estás descansando, aunque este pequeño pasa más de 18 horas durmiendo, ¡no se está quieto ni un segundo! No olvides que todo lo que comes tú alimenta a tu hijo también, en este momento ha comenzado a tragar y absorber nutrientes del líquido amniótico, ese pequeño sistema digestivo va madurando y ya muchas sustancias viajan por su intestino. Además, está afinando su sentido del gusto, pronto podrá explorar la vida a través de los sabores.

Con el tamaño de un melón de 19 centímetros y 350 gramos, tu hijo necesita ganar más peso para continuar su desarrollo óptimamente y poder regular su temperatura en el vientre.

Esta miniatura de bebé ya se ve como un recién nacido, aunque arrugadito y sin mucho color en su piel. Los rasgos faciales ya están más definidos, pero ni sus ojitos ni el cabello tienen un color definitivo aún. Los dientes de leche comienzan su formación interna y se asomarán sobre los 6 o 7 meses después de haber nacido. Semanas atrás te contamos que está empezando a ser más consciente de sus propios movimientos, pues desde ahí viene afinando esas estructuras cerebrales que responden al aprendizaje, la memoria y las emociones por lo que ahora y cada día será mucho más sensible a tus sensaciones maternales tanto como a estímulos externos.

En tu vientre hay un coco loco que no deja de moverse, con aproximadamente 20 centímetros, pesa 455 gramos. En sus pulmones están desarrollándose las venas que le ayudarán a suspirar por ti en el futuro, pero aún faltan algunos meses para que estos órganos estén listos.

En este momento del embarazo ya hay respuestas del bebé a estímulos externos como la voz de sus padres o la música, sus movimientos en el vientre te lo demostrarán. Por otro lado, la formación de sus huesos continúa su desarrollo y cada vez son más fuertes para que en el futuro tu hijo pueda correr velozmente. Ahora su piel está tomando un color rojizo y aunque por el crecimiento del feto se está estirando, sigue siendo muy arrugadito. Sus cejas, pestañas y el cabello están tomando el color registrado genéticamente, pero sus ojitos continúan sin pigmento.

Tu hijo crece cada vez más rápido y aquí parece un pepino, mide cerca de 21 centímetros y pesa poco más de una libra, aproximadamente 600 gramos; de ahora en adelante su tamaño dependerá del sexo del bebé, pues generalmente los niños pesan más que las niñas.

Los órganos de tu hijito continúan madurando, sus pulmones se preparan para respirar en el momento del nacimiento; el niño cada vez está más listo para conocer a sus padres. Sus oídos internos están casi listos, ya es capaz de controlar el equilibrio y puede escuchar mucho mejor los sonidos que vienen del exterior, quizás te des cuenta de que se asusta porque hace movimientos fuertes dentro del vientre, pero a diario se va acostumbrando a convivir con cada ruido. Su tejido subcutáneo da lugar a las huellas dactilares, que serán definitivas a finales de esta semana.

Con el tamaño de una berenjena, tu bebé pesa cerca de 700 gramos, mide 22 centímetros y además de no estar casi nunca quieto, este chiquitín hace muecas a todo momento, ya puede sacar la lengua, bostezar y sonreír. ¿No es una espera increíble?

Este es un periodo en el que tu bebé no para de producir neuronas nuevas y esto le permitirá tener un mejor desarrollo cerebral, estableciendo los circuitos indispensables para el control motor y las tareas cognitivas. La mejor parte de esto es que, lo anterior permite que funcionen los receptores del tacto, entonces al acariciar tu barriguita y/o presionarla levemente tu hijo responderá al estímulo. Esos ojitos que pronto brillarán de amor por ti empiezan a abrirse de vez en cuando por pequeños periodos porque sus párpados se están separando. Además, sus papilas gustativas están mucho más evolucionadas, pues tu bebé ya es capaz de percibir sabores, que varían según tu alimentación y cuando nazca se deleitará con la leche materna

Carga en tus manos una coliflor bien abundante porque ese es el tamaño aproximado de tu bebé, en esta semana mide 33 centímetros con 900 gramos aproximadamente. En esta fase podrás identificar los momentos de sueño y de actividad del niño y debes estar atenta a sus movimientos, en caso de no sentirlo durante mucho tiempo, acude a tu médico.

Tu bebé se dedica a engordar todo lo que puede de aquí en adelante, se espera que triplique su tamaño actual de aquí al nacimiento y esa grasita acumulada planchará las arruguitas de su piel y le ayudará a sobrevivir al frío exterior. Como veíamos en la semana anterior, los ojos de tu bebé están cada vez más listos para reconocerte y admirar más adelante la majestuosidad de la naturaleza, pues en esta semana se están formando las últimas capas de la retina y las pestañas han alcanzado su longitud definitiva, mientras perfecciona el reflejo del parpadeo.

Ya parece un brócoli, ligeramente más grande que la semana anterior, pesa 1000 gramos y mide 34 centímetros, ahora pasa menos tiempo acurrucado y está más estirado o en movimiento constante, ¡es muy inquieto!

Tu cuerpo está preparándose para entrar en la recta final y es posible que el dolor de espalda ya no se vaya tan fácilmente, está de forma casi permanente y los calambres son cada vez más constantes. La línea alba está empezando a aparecer en tu barriguita y su notoriedad dependerá de factores muy particulares de tu piel, pero esto tampoco debe preocuparte, lo más normal es que desaparezca unas semanas después del nacimiento, mientras tu cuerpo también va acostumbrándose a que el bebé esté afuera.

Imagina un repollito espeso y compacto con alrededor 1.100 gramos, que mide cerca de 35 centímetros y aunque aún no abre sus ojitos para ver, sí lo hace como un reflejo de movimiento, es sensible a la luz.

Tu bebé prepara la sonrisa con la que alegrará tu mundo cuando lo conozcas, es uno de los gestos que añade a su memoria; además, tiene algunos movimientos de agarre y chupa para poder agarrar el seno al alimentarse. Ahora sus cejas y pestañas son visibles, sigue aumentando su tamaño y terminando de desarrollar su sistema inmunitario, conexiones neuronales y otros aspectos importantes para su llegada al mundo. En este punto ya puedes realizarte una ecografía 4D en la que podrás captar imágenes muy nítidas de tu hijo y aunque es una tecnología costosa que casi nunca cubre el seguro médico, es una opción que muchas familias deciden tomar para conocer al bebé un poco mejor antes de nacer.